La idea del experimento es reducir radicalmente la población del Aedes Aegypti, mosquito transmisor del dengue, el zika, el chikungunya y la malaria. Se espera que los machos, que en realidad son hembras a las que se les ha cambiado el sexo, hagan disminuir la población de mosquitos ya que no se podrán reproducir.

El experimento, que Oxitec ya probó en la ciudad de Jacobina, en Brasil, parecía haber sido un éxito, pero a los 18 meses la región se volvió a poblar de mosquitos transmisores. 

Los estadounidenses comenzaron a organizarse para protestar contra el experimento ya que “no quieren ser conejillos de Indias”. Ya se recaudaron 240 mil firmas para que las autoridades prohíban la iniciativa de Oxitec. Además se hicieron reclamos en los que acusaban a la firma de manipular a la población estadounidense para llevar adelante sus experimentos de mosquitos mutantes. 

La directora del Centro Internacional para la Evaluación de Tecnología y el Centro para la Seguridad Alimentaria, Jaydee Hanson, dijo a la revista Forbes que “con todas las crisis urgentes que está enfrentando nuestra nación y el estado de Florida como la pandemia de Covid-19, la injusticia racial y el cambio climático, la administración destinó dólares de impuestos y recursos del gobierno" para el experimento conocido vulgarmente como ‘Jurassic Park'.