Con –como máximo– 24 horas de actividad, el módulo Philae sigue enviando información sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, sobre el que descendió el miércoles.

Es que la batería con la que fue lanzado desde la sonda Rosetta solo dura 48 horas y al haber descendido en una grieta del cometa, donde no puede recibir luz del Sol, no logra recargar sus baterías solares.

Por esa razón, los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) trabajan a toda velocidad para recabar información y, al mismo tiempo, tratar de usar la energía residual para realinear la posición del módulo.

"La situación no es de las mejores", dijo el científico Miguel San Martín por radio Metro con relación a las expectativas de la ESA, que esperaba que la sonda enviara datos del cometa "durante varios meses".

El argentino que actualmente desarrolla su trabajo en la NASA indicó al respecto que "sería un milagro que el módulo siga funcionando" dado que el Philae, como ya se dijo, no recibe la luz del Sol para recargar sus baterías.

"A no ser que haya un milagro, es muy probable que la misión termine mañana (por el sábado)", sentenció el científico argentino, para quien, no obstante, "al fin del día de mañana van a decir que es un éxito científico muy importante".