En agosto pasado, la sonda Rosetta, lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) diez años atrás, alcanzó el cometa 67P/ Churyumov-Gerasimenko para observarlo y estudiarlo; este miércoles, realizará una de las tareas más complicadas al lanzar el módulo de aterrizaje Philae sobre su superficie, para que se ancle en ella.

El pequeño Philae realizará el miércoles un descenso de 22 kilómetros en caída libre, y se posará sobre la superficie del cometa a unos 3 km/h, debido a que, si bien pesa unos cien kilos, la bajísima fuerza de gravedad del cometa hace que pese apenas 10 gramos.

Una vez posado en la superficie, el módulo comenzará a realizar análisis nunca antes hechos en un cometa, y realizará fotografías 'in situ' para enviarlas a la Tierra.

Esos datos serán de vital importancia para obtener información sobre la formación del Sistema Solar y, quizá, sobre el origen de la vida, ya que los cometas guardan información sobre nuestros orígenes.

Además, son iguales a los bloques a partir de los cuales se formaron los planetas hace más de 4 mil millones de años.