Son las conclusiones a las que llegó el equipo de Tim Bovaird y Charley Lineweaver y se basan en un análisis de los miles de exoplanetas descubiertos por el telescopio espacial Kepler.

Los científicos plantean que estos estarían situados en las zonas orbitales alrededor de sus respectivos soles en los cuales el nivel de calor solar permitiría la existencia de agua líquida en la superficie de mundos aptos para la vida humana.

El cálculo es muy especulativo, pero podría dar una cifra aproximada de los planetas capaces de albergar vida en nuestra galaxia. La zona orbital habitable es la franja alrededor de una estrella donde el calor de esta permite la existencia de agua líquida en la superficie de un eventual planeta sin que esta llegue a evaporarse.

“Los ingredientes para la vida son abundantes, y sabemos que los entornos habitables también lo son”, declaró al respecto Lineweaver. “Sin embargo, el universo no está repleto de extraterrestres con inteligencia parecida a la humana que puedan construir radiotelescopios y naves espaciales. De otro modo, los habríamos visto u oído. Puede que exista algún ‘cuello de botella’ para el surgimiento de vida que no hemos descubierto aún. O quizá las civilizaciones evolucionan, pero se autodestruyen”.