Cuando subió la marea en la playa de Daytona, EE.UU., sin darse cuenta quedaron atrapados en su propio auto. El mar se los estaba tragando y, de un momento a otro, la fuerza de las olas les impedía escapar.

Los pasajeros -incluídos niños- fueron rescatados por un grupo de guardacostas y policías, que rápidamente actuaron para sacar a las personas del coche y evitar lo que podría haber terminado en tragedia.