En un evento organizado por una delegación del ejército estadounidense, en un centro comercial de Carolina del Norte, los soldados retaban a los visitantes para una competencia de flexiones de brazos.

Una de las concursantes hizo pasar vergüenza a uno de los cadetes militares: consiguió hacer 84 flexiones en menos de un minuto, contra las 54 que consiguió uno de los uniformados.

El secreto salió a la luz más tarde. La niña llamada Kaylyn Mintz no era una novata, ya que está en pleno entrenamiento para representar a su país en los Juego Olímpicos Juveniles.