El hecho se produjo en el edificio Monserrate de Medellín. Una mujer salía junto a su niño de una de las oficinas cuando, en menos de un segundo, el crío se acercó por demás a una baranda que no tenía protección. Perdió el control y se fue de boca al hueco de la escalera.

Pero su madre, en una acción tan veloz que hay que mirarla varias veces para advertir los detalles, se lanzó sobre la critura y logró tomarla de uno de los pies cuando ya se iba para abajo.

Otro hombre en casco de bicicleta, que vio la situación, se mandó por las ecaleras hacia abajo para también internar agarrarlo. No hizo falta, porque la madre logró subirlo. Fue lo que se dice un milagro.