En Rusia suelen ocurrir hechos que muchas veces escapan al entendimiento como el caso de una tigresa de un circo de Moscú que tiene permitido beber agua del baño en ciertas instalaciones en sus descansos. 

La felina, de 7 años, se llama Chanel y- como muchos gatitos- prefiere tomar agua que corre de la canilla antes que agua estancada. 

Encontrarse con semejante animal en un lugar tan pequeño no puede generar más que impacto y temor.