No sirve ni para espiar, afirma el dicho popular. En este caso, el refrán se puede aplicar con otro verbo, bastante más vergonzoso.

La cámara de seguridad cumplió su función a la perfección al documentar un hecho delictivo, pero también es destacable la labor del conductor que, advertido de su ventaja, en pocos segundos consiguió reportar al ladrón con los carabineros.

El joven terminó llorando y suplicando por su error: según biobiochile.cl, la fiscal Marcela Cartagena lo procesó por "robo con sorpresa en carácter de frustrado". Por sus antecedentes penales, quedó en prisión preventiva.