Como era de esperar el video dio la vuelta al mundo a la velocidad de la viralización en las redes sociales. Es que no es habitual que un periodista se desgracie de esa manera.

Ya no restaba casi nada, era cuestión de aguantarse unos segundos más al aire, con el rostro estoico y la mirada fija en la cámara para que se corte el vivo y ahí, ya en paz consigo mismo, rajarse la ventosidad que se venía aguantando.

Pero los tiempos le jugaron una mala pasada y con su mejor cara de ‘yo no fui’ quedó encadenado a una imagen que lo acompañará hasta el final de su carrera.