En todo el mundo crecen los casos de violencia machista, la otra cara de una cuarentena que obliga a miles de mujeres a convivir con su abusador.

Como en latinoamérica, en Europa también se han incrementado los casos y denuncias pero también proliferan las líneas de ayuda y la utilización de las farmacias como opción para que las mujeres puedan denunciar los abusos.