El tribunal, integrado por los jueces Mirta López González y Ricardo Pinto constató las lesiones graves de diferente índole que sufrió la beba, además determinó que el zamarreo le produjo hemorragias intracraneal y retiniana y fractura del acto costal posterior.

Además determinaron que la acción fue descripta bajo la modalidad del " Síndrome del niño sacudido", este síntoma es un tipo de traumatismo cerebral infligido cuando un bebé es sacudido violentamente.

Los jueces descartaron que la madre hubiera querido asesinar a su hija debido a que cuando la misma advierte las convulsiones lleva su hija  al Hospital Garrahan, pero no obstante se le determinaron estudios psicológicos y psiquiátrico.

La madre podría recibir una pena de tres a quince años de prisión.