Les dicen "la familia lobo". Padecen una condición genética llamada hipertricosis congénita lanuginosa. "Nuestra vecina dice que deberíamos vivir en el monte, como lo que somos: animales", sostiene con dolor una de las integrantes de esta peculiar

Desde hace varias generaciones, los Aceves sufren hipertricosis congénita lanuginosa, más conocido como el síndrome del hombre lobo. Al menos 30 miembros de la familia lo han tenido o lo tienen.

Ellos no tiene más bellos que el resto sino que el resto tiene menos bellos que ellos. La familia tiene algunos integrantes con la enfermedad más desarrolladas; entre ellos el padre de Karla, Jesús "Chuy" Aceves, los primos de éste, Danny y Larry, y su sobrino Mario. Todos ellos tienen un pelo oscuro y rizado que les tapa la cara y que se recortan en la peluquería.

Por su parte Karla tiene vello en la frente y el mentón, una especie de lanugo, la pelusa que suelen tener los bebés al nacer, pero de un tono más oscuro. Ella es una de las partes de la familia que peor la pasaron ya que por ser mujer son más juzgadas. "En el pueblo todos saben de qué familia venimos, y nos niegan el trabajo. Cuando vas a una entrevista siempre te dicen que buscan algo mejor", admite.

"Es muy duro siendo mujer, por el hecho mismo de ser mujer", dice Karla, como quien explica lo obvio. Además lleva casi dos años sin trabajo y ella era uno de los sustentos de parte de la familia. El otro era su tía, Lilia Aceves, quien también tiene hipertricosis. Trabajó como policía municipal durante 12 años, hasta que recientemente la despidieron.

Ahora, con una anciana y varios niños que mantener, tratan de buscar trabajo, una lucha que conocen bien. Incluso las mujeres Aceves que se depilan tienen que pelear duro por un empleo que nunca llega.

"En el pueblo todos saben de qué familia venimos y nos niegan el trabajo", explica Jeimy, prima del padre de Karla, mientras se rasura el rostro frente al espejo. "Cuando vas a una entrevista siempre te dicen que buscan algo mejor".

Así la familia lobo intenta sobrevivir en un mundo que se resiste a integrarlos.