Había pasado poco tiempo de que trascendieran los dichos de Calu Rivero en relación a las constantes actitudes sexuales exageradas durante las grabaciones de Dulce Amor, cuando el apuntado se dignó a dar su versión en uno de los almuerzos de Mirtha Legrand.

En su descargo Darthés se quejaba de la mediatización de su figura como acosador y pretendía dirimir la situación en secreto por vías judiciales, seguro de que la víctima tiene casi nulas chances de imponer su sufrimiento como una prueba valedera ante un tribunal.

Desde la lectura de declaraciones antiguas de Rivero a los medios, pasando por priorizar el daño a su imagen por sobre el valor de que una mujer se exponga a las habituales críticas, hasta su queja porque los medios titulaban su caso y utilizaban la leyenda "si sufrís violencia de género llamá al 144", obligatoria por ley.