39 años después del inicio de la Guerra de Malvinas, Carlos Enriori le pudo decir en la cara a sus superiores lo que había guardado durante tanto tiempo.

El veterano relató que los soldados se veían obligados a robar comida o hasta matar una oveja para no morir de hambre. 

Además denunció que esos soldados conscriptos fueron torturados y hasta estaqueados a la intemperie si eran descubiertos por sus jefes.

Ante los abucheos de algunos de los participantes, Enriori llamó a silencio a uno de sus jefes acusándolo de ser responsables de esas vejaciones.