Todo estaba mal en el matrimonio Christy y Jason Sheats: una y otro ya tenían planeado terminar con la pareja, aunque no era aceptado por la mujer que había dado a luz a dos chicas que ahora tenían 17 y 22 años.

Sin embargo, Jason concurrió de buen grado a la cena familiar que su esposa había preparado en el domicilio que los cuatro compartían en la localidad de Fulshear, estado de Texas: pensaba que Christy haría el anuncio del divorcio.

Pero nada fue como el hombre esperaba: cuando los cuatro se aprestaban a cenar, Christy sacó una pistola y disparó contra sus dos hijas, matando a la mayor e hiriendo mortalmente a la más chica, quien falleció en el hospital.

Minutos más tarde, la policía llegó al lugar y ordenó a la mujer que tirara el arma y se entregara, pero se negó, por lo que un oficial le dio muerte.

Christy tuvo "suficiente tiempo y oportunidad" para matar a su marido, "pero eligió no hacerlo", dijo el comisario Troy E. Nehls en conferencia de prensa, señalando que "el señor Sheats declaró que su mujer sabía cuánto quería a Taylor y Madison y cuánto ellas lo amaban", por lo que matándolas buscaba que él sufriera.