Podría decirse que el 50 por ciento de sus planteos son correctos, aunque la pifia aparece en la acción: la manera de desacreditar a un político, símbolo de la época que llevó al país a la peor crisis, no es mediante una agresión física en público.

"Ese tipo es un delincuente y tiene que estar preso. Si no hay justicia habrá escrache. La forma nuestra es la indignación y la impotencia", reclamaron los activistas de la organización Quebracho.

Al igual que el arco político oficial, el conductor de C5N Gustavo Sylvestre intentó diferenciar los métodos válidos para debatir las ideas de Cavallo, sin recurrir a los "huevazos".

"La sociedad lo castigó donde se debe castigar: en las urnas, no llegó ni al uno por ciento", argumentó el periodista.