Audrey sufre un trastorno sanguíneo poco común conocido como ADB, que suele presentar defectos de nacimiento o rasgos anómalos.

Esta condición hace que la médula ósea no produzca suficientes glóbulos rojos para transportar el oxígeno a todo el cuerpo. Pero esta niña decidió demostrar que su enfermedad no es obstáculo para su amor por la danza.

En una convención realizada en Orlando se llevó todas las miradas y logró que un amplio público conociera más sobre su condición rompiendo prejuicios sobre las "debilidades" de su estado.