Yulia Gorina, cuando tenía cuatro años se había perdido durante un viaje en tren con su padre y su madre en Bielorrusia. A las tres semanas, no sabe bien porqué, fue adoptada por una familia en Rusia.

La joven creció buscando a sus padres biológicos pero no tuvo éxito. En tanto, sus padres, Viktor y Lyudmila Moiseenko, lejos de ser ayudados a encontrar a su hija fueron sospechosos por su desaparición.

Yulia pudo dar con su familia biológica a través de una simple búsqueda de internet. La joven viajó a Bielorrusia para reencontrarse con sus padres y las autoridades realizaron una prueba de ADN para certificar la filiación biológica.

“Veinte años es casi como una vida, pero nosotros nunca perdimos las esperanzas, siempre creíamos que íbamos a reencontrarnos”, dijo Lyudmila, la madre de Yulia.

“Mis padres me dijeron que me buscaron todo este tiempo y que siempre pensaron que nos íbamos a volver a ver. Cuando los vi me puse a llorar”, dijo Yulia. “Los tres nos pusimos a llorar y nos abrazamos, no nos podíamos decir nada, solo nos abrazamos muy fuerte”: