El pequeño delfín recién nacido estaba encallado en la playa de Viedma y fue hidratado por personal especializado hasta que pudieron devolverlo al océano.


Se cree que la cría se habría alejado de su madre por la fuerte marejada de ese día. Los expertos establecieron que se trataba de una hembra con pocas horas de vida ya que no tenía desprendido el cordón umbilical.

Le tomaron muestras de sangre para incorporarlas a los estudios científicos en el marco del Proyecto Delfines del Río Negro de Fundación Cethus; un programa que hace más de una década  investiga las necesidades de conservación de los cetáceos que habitan esta región.

El estuario del río Negro es el hogar del delfín franciscana, uno de los más pequeños y amenazados del mundo.

Fuente: Télam.