Después de reiteradas denuncias por parte de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, finalmente, Bricons S.A -la empresa constructora del Metrobús- reconoció graves sobreprecios en el Metrobús Sur.

A partir de un informe de la Auditoría, se dieron a conocer los datos que constatan que las obras realizadas en el sur de la Ciudad, como también en la avenida 9 de Julio, costaron tres veces más de lo que informaron desde el gobierno porteño.

Incluso, se descubrió una diferencia de hasta 100% en los precios de los materiales que se compraron para las obras. En total, afirman que se pasaron por nada menos que un millón de pesos, que nunca fueron destinados para la construcción del mayor elemento de campaña del PRO.

El auditor porteño Eduardo Epszteyn realizó una comparación de los costos que figuran en los presupuestos oficiales a lo que en realidad se gastó y triplican los costos.

Además, advirtió que en ningún momento se realizaron estudios sobre el impacto ambiental, sobre los subsuelos donde pasan muchas veces arroyos y caños, que nunca fueron relevados.

A pesar que los auditores del PRO trabajan incesantemente para que el informe no se haga público antes de las elecciones, se investiga también un raro contrato a empresas privadas para la manutención de las estaciones por 60 millones de pesos, que casualmente deja en manos del Estado la compra de materiales.

Todo esto sumado a las denuncias de "amiguismo" entre Macri y los empresarios que licitan las obras en la Ciudad, y las fatídicas obras que se realizaron poco tiempo antes de poner el Metrobús, como por ejemplo en la avenida Cabildo, donde se tiró abajo una obra que recién habían terminado y en la que se habían gastado millones de pesos.