Suhene Carvalhaes Muñoz trabajaba en IBM, estudiaba en la Facultad de Veterinaria en la Universidad Nacional de Buenos Aires y tenía una vida plena. Todo eso cambió de un día para el otro.

Su pareja, Damián Loketek, la golpeó salvajemente la noche del 18 de julio de 2014, cuando habían salido a cenar para celebrar su aniversario. La pareja llevaba más de dos años de novio y tenían pensado casarse ese año.

Cuando volvieron de esa cena ella quiso estudiar para un parcial, y él no la dejó. Quiso ir a la casa de su madre, pero la retuvo a golpes a las dos de la madrugada, cuando los vecinos tuvieron que tirar la puerta abajo por los desesperados pedidos de auxilio de la joven de 26 años.

Suhene esperó nueve horas para que la atienda un médico forense en la comisaría 33, mientras la policía le recomendaba que haga la denuncia por “lesiones de orden recíproca”, ya que cuando Damián intentó ahorcarla ella se defendió mordiendo su brazo.

Suhene tenía moretones por todo el cuerpo: cara, manos, piernas. Pero lo que más le molestaba eran los dolores de cabeza. Esa molestia se tornaría cada vez más recurrente en los ocho meses restantes. Incluso, el ojo derecho se le fue desviando tanto que quedó vizca, según consignó su hermana.

El 21 de agosto del año pasado, la mujer quedó internada por 21 días en el Hospital Alemán, en terapia intermedia, con un cuadro de “trombosis vascular con hidrocefalia de carácter traumático”. Su vida, ya no era la misma.

Ella tuvo que dejar de trabajar y, pese a la entrega de todos los certificados, la empresa decidió no pagarle más. Según su familia, el violento le dijo a sus compañeros de trabajo que ella le había robado y tenía vergüenza de aparecer.

También dejó de estudiar, ya que los constantes dolores de cabeza que sufría no la dejaban concentrarse. Con el paso del tiempo, Suhene dejó de salir a la calle por sus medios, y lo hacía solo acompañada por médicos.

La mujer fallecía tiempo después como consecuencia de aquella golpiza ocho meses atrás, que todavía intentan caratular de "lesiones agravadas". La causa pasó a la Justicia Penal y recayó en el Juzgado de Instrucción 31 a cargo de Susana Mabel Castañera de Emiliozzi.

Su hermana, Sarah, comentó tiempo después: "El día que falleció, él se enteró porque nosotros llamamos al trabajo de mi hermana para avisar. Sabemos que pidió una licencia psiquiátrica. No sabemos si siguen el país o no”.