Un empleado de un restaurante de la cuadra del edificio del periodista Jorge Lanata contó a la prensa cómo fue el momento en el que encontró los casquillos de balas.

En la nota Jorge admite que los cuatro casquillos los encontró al lado del tacho de basura y se los alcanzó a los guardias de seguridad del edificio del periodista porque un día antes había sufrido agresiones la garita en la que ellos trabajan. "Me pareció que tenía que ver", sostuvo.

Luego se supo que la agresión a la garita fue resultado de una pelea callejera entre dos vagabundos alcoholizados y un guardia de seguridad.

Lanata, por su parte, había aprovechado la confusión y el momento para denunciar un ataque en su contra por una denuncia realizada por su programa Periodismo Para Todos al candidato a gobernador por el frente para la Victoria Aníbal Fernández.  Y bueno. Ahora, el caballito de batalla de Clarín debe estar pensando en qué decir, si es que piensa decir algo al respecto.