Es una modalidad delictiva en la cual participan varios cómplices del asaltante para confundir a quienes rodean la escena y cambiar el foco, convirtiendo al damnificado en culpable.

Ocurrió en la estación de Liniers y la víctima por partida doble fue un joven al que le robaron el celular e inmediatamente lo acusaron de ser el ladrón.

Esto deja en evidencia los peligros de la justicia por mano propia, ya que los vecinos -alertados falsamente por los asaltantes- se la agarraron con el damnificado y lo molieron a golpes.