Entre los padecimientos más frecuentes figuran:

-Infecciones de la piel causadas por bacterias y hongos, por lavarse o bañarse en aguas que pueden estar contaminadas.

-Faringitis o rinitis por alergias o polen, pastos, cortezas de árboles, y productos lácteos o con miel.

-Asma bronquial o bronquitis alérgica.

-Infecciones gastrointestinales, como las disenterías por shigella, salmonella y escherichia, por alimentos contaminados o por no lavarse las manos.

-Se pueden presentar casos de hepatitis viral por el consumo de fruta contaminada-

-Deshidratación e insolación en niños y personas mayores de 50 años.

-Aumenta el riesgo de contraer cólera o amebiasis por la ingesta de alimentos mal cocinados o descompuestos, procedentes del mar o de aguas dulces contaminadas con heces fecales.

-Aumentan las parasitosis por artrópodos como garrapatas, piojos, pulgas, chinches, etc.

- Diversas lesiones en articulaciones y/o en la piel por traumatismos, sobreexposición al sol, cortaduras y fracturas o esguinces.

Dado el aumento de gérmenes, bacterias y diversas sustancias en el aire recomiendan reforzar las medidas de higiene, tanto personales como al preparar o consumir alimentos.

"Muchos pacientes respiratorios crónicos derivan en neumonías por eso desde hace años, junto con la vacunación antigripal, aplicamos la vacuna contra el neumococo -una de las bacterias que la provoca- a los menores de un año y a los mayores de 65", subrayó el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.

Desde Salud informaron que se estima que un 15% de la población sufre de rinitis alérgica, una enfermedad crónica que suele confundirse con un resfrío prolongado y cuyos síntomas se agudizan a esta altura del año por efecto del aumento del polen suspendido en el aire.