La idea es darle herramientas a la policía para la prevención del delito. Obviamente esto no podría utilizarse ante un sicario o una persona armada pero si para inmovilizar, por ejemplo, a un sospechoso que esté dándose a la fuga.

Esta especie de boleadoras modernas ya se utilizan en algunos estados de Estados Unidos y han demostrado ser prácticas y mucho menos letales que las pistolas Taser que quiso imponer Patricia Bullrich.