En su columna en Duro de Domar, el periodista Mario Wainfeld analizó el legado de la jueza Carmen Argibay, recientemente fallecida.

El periodista contó que la jueza se tomó varios meses para asumir en la Corte, ya que anteriormente estaba trabajando en tribunales internacionales sobre los Crímenes de Guerra de la ex Yugoslavia, y detalló un dato que “la pinta un poco”: “Ella planteó que tenía un compromiso con ese tribunal y tenía que terminar sus labores, por eso no asumió en ese momento”.

“Carmen Argibay deja un legado inolvidable, imborrable, de una corte que es un orgullo del sistema democrático”, consideró  Wainfeld, y explicó: “es la conformación de la corte que más tiempo que ha tenido en la historia argentina, la corte más estable”.

Del mismo modo, el periodista destacó el legado “en doble sentido” de la jueza,  uno “como integrante de un tribunal que ha sido un pilar institucional”, y otro “muy ligado a una cuestión de género”, y sobre éste último, subrayó: “Lo que hizo fue crear una Oficina de la Mujer, que creó conciencia de cómo el Poder Judicial debía vincularse con los casos, cómo tratar a las mujeres”.

Por su parte, Wainfeld calificó a Argibay como “una persona modesta, cálida y afable, una jueza que trabajó en función de sus convicciones, austera, lo ‘menos careta’”; contó que la magistrada fue muy crítica del Gobierno actual, y la definió como “una juez que estuvo a la altura de una muy buena corte”.

Finalmente, en cuanto al análisis de las decisiones que tomó en su cargo, el periodista destacó que la jueza “tuvo posiciones muy polémicas”, aunque aseguró: “Lo que no se puede negar es la coherencia con que lo hizo, la convicción, y el hecho que trabajó en equipo”.