"Esta es una condición de trabajo que conocíamos y la aceptamos", admite una de las mujeres, aunque dijo que "si les dieran a elegir, usaríamos otra ropa".

La estación de servicio de Ciudadela, cuyo dueño es Hugo Santini explicó que su decisión "es una política de venta, nosotros tenemos varios uniformes, esto lo estrenamos el 21 de septiembre, y les funcionó a ellas y a nosotros".

Sobre que su intención "pareciera ser que las chicas atraigan sexualmente a los clientes" y que dicha ropa no es segura si llegase a derramar combustible sobre su cuerpo, el hombre lo negó.

Cuando los conductores de C5N le sugirieron que en verano las chicas podrían atender en bikini, Santini se ofendió y cortó el móvil.