Este martes, apenas horas antes de cumplirse una semana desde la última comunicación del ARA San Juan, el presidente Mauicio Macri decidió llegarse hasta la base naval de Mar del Plata para mostrarle a los familiares, en medio de una situación emocional crítica, que los acompaña en su sufrimiento. El gesto se contradice completamente con lo que necesitan las parejas, hermanos, padres e hijos de los 44 marinos que dependen de un milagro a esta altura.

Además de la tardanza en aceptar la ayuda extranjera, los parientes de los tripulantes le reclaman a las autoridades su tardanza en poner a disposición otro submarino para la búsqueda. 

"Esperamos un milagro, que nuestro hermano aparezca junto con todos sus compañeros de la tripulación, pero también siento que estoy esperando un velorio y no quiero. Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron. Tanto protocolo, y ahora quién nos lo devuelve", expresó a la agencia Télam Elena Alfaro, una de las hermanas de Cristian David Ibáñez, cabo principal y parte del equipo de radaristas del submarino argentino.

"Desde que nos dijeron que había desaparecido afirmaron que, por protocolo, el submarino debía estar en superficie, pero es sólo una suposición. Si están buscando un submarino y no un barco, ¿por qué no lo buscaron desde un primer momento bajo el agua?", cuestionó el otro hermano, Federico.

En su triste relato, el hermano de Ibáñez contó que habían recibido fotos desde Ushuaia, cuando zarparon, junto al pedido para que lo esperaran en el puerto de Mar del Plata. Allí están los dos hermanos, junto a su madre, esperando novedades con esperanza.