Mientras hablaban de los límites del respeto a la intimidad de las personas públicas, La Chipi contó una pequeña anécdota personal en la que no se quiso comparar con Wanda pero sirvió para mostrar cómo puede afectar este tipo de divulgaciones.

Y es que en un momento a La Chipi el periodismo “la embarazaba” cda dos meses, y lejos de ser un motivo de alegría lo cierto es que ella no podía quedarse embarazada a pesar de que lo estaba buscando por lo que cada vez que trascendía esa noticia era como un puñal enel pecho.

De hecho la Chipi contó que muchos allegados la llamaban para felicitarla o para reclamarle que se hubieran enterado por la prensa y ella tenía que volver a vivir el mal momento de explicarles.