Molly Cram es una joven estadounidense que se define como neonazi y que señala que su hija de dos años Watermelon (¿Sandía?)  le causa contradicciones con sus "creencias".

"La comunidad NeoNazi no me quiere ahora. Mi hija es desagradablemente mitad negra con labios de mono y va a ir al infierno por impura. Pero una parte mía la quiere ya que es mitad humana", exclamó esta ¿madre? sobre su hija que nació por inseminación artificial.

Cram recibió el esperma de un donante afroamericano en una clínica de Chicago y según ella "su vida ha sido un calvario desde ese entonces". Su novio la dejó por ser una "amante de los negros".

Si bien la clínica le envió una carta de disculpas a Cram y le devolvió su dinero, la joven sostiene que este "error" fue intencional dado el conocimiento de su deseo de mantener "su raza pura".

Lo preocupante es que la pequeña crezca con una madre que la considera "mitad humana".