El diario El País de Uruguay informó que la Justicia uruguaya detuvo en las últimas horas a un hombre de unos 35 años con domicilio en un asentamiento cercano al lugar en el que fue encontrado el cuerpo de Lola Luna Chomnalez, hallada asesinada el martes en la playa del balneario Valizas, tras dos días de permanecer desaparecida.

Fuentes citadas por el portal Subrayado revelaron que el detenido es una persona que hasta ahora había estado ajena a la investigación y que todavía no fue interrogado por la jueza Marcela López, ante quien se deberá presentar mañana.

Las distintas fuentes de la causa definieron al sospechoso como un "linyera" o un "artesano". Lo cierto es que el sujeto aparece en varios testimonios de la causa y la jueza intenta establecer si conocía a la víctima.

El abogado Jorge Barrera, representante del papá de Lola, dijo esta mañana, sobre la detención del sospechoso, que tiene "la expectativa que se llegue a la verdad" con los temas generales de la causa.

Barrera adelantó que en las próximas horas llegará a la playa de Barra de Valizas "el cuerpo más especializado que tiene Uruguay en materia de investigación para reforzar a los que ya estaban trabajando desde el primer momento" en el lugar.

En tanto, la policía realizó un allanamiento en la casa donde estuvo Lola en Uruguay antes de su desaparición y muerte. Allí realizaron un importante despliegue y, según se pudo saber, fueron secuestrados cuchillos y otros objetos.

También realizaron procedimientos en la localidad de Castillos, a unos 20 kilómetros de Valizas, de donde es oriundo el nuevo detenido que este sábado es interrogado por los investigadores.

No obstante, no es la única persona que está en la mira. Las autoridades también sospechan de un changarín de 50 años que fue parte del hallazgo del cuerpo de Lola, cuya versión "no es racional", de acuerdo a la definición que dio una fuente de la investigación.

Para determinar quién fue el responsable del asesinato, la jueza Marcela López espera los resultados de los estudios del material orgánico hallado tanto en el cuerpo de la víctima como en la escena del crimen, para establecer si se pudo encontrar un perfil genético y compararlo con las muestras de ADN extraídas al changarín y a otras seis personas. Hasta ahora, la justicia había mantenido en reserva la existencia de este nuevo sospechoso.

Se trata de la primera persona que encontró el cuerpo de Lola, hallazgo que en la versión oficial había sido atribuido a un efectivo de la Prefectura uruguaya.

Según consta en el expediente, este hombre testificó que varias huellas humanas sobre los médanos lo condujeron hasta el cadáver de Lola, oculto donde comienza la vegetación y el monte, a 150 metros de la costa, el martes por la tarde. A los investigadores, ese dato les resultó inverosímil dadas las condiciones meteorológicas ya que en los días en que estuvo desaparecida Lola, en la zona imperaban fuertes vientos y lluvias.

Esta mañana, el vocero de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay confirmó que los forenses que realizaron la autopsia le confirmaron a la jueza López que fueron hallados restos de arena en los pulmones de la adolescente, lo que hace suponer que Lola murió cuando aspiró la arena.

"Las lesiones cortantes que presentaba el cuerpo no fueron mortales. La presencia de arena en los pulmones hace suponer que hubo un intento por parte de la víctima de respirar mientras estaba en contacto con la arena", dijo el funcionario. Por eso, la principal sospecha de los investigadores apunta a que la adolescente fue enterrada cuando aún estaba con vida, o bien que aspiró arena cuando quedó boca abajo antes de ser enterrada.

Además, los forenses aclararon a la jueza López que no se visualizaron en el cuerpo de Lola lesiones compatibles con un abuso sexual consumado, aunque aclararon que eso no significa que no haya existido un intento de violación.

Por otra parte, la jueza aguardaba para las próximas horas el resultado de distintos peritajes tecnológicos ordenados especialmente a los teléfonos celulares tanto de la víctima como de los tres sospechosos. La jueza quiere saber las llamadas entrantes y salientes de cada uno de los aparatos de los involucrados, como así también los mensajes de texto y Whatsapp.