El papa argentino conmemoró la Última Cena de Jesús con los doce apóstoles y lavó los pies de 12 reclusos que cumplen condena por distintos delitos, en una cárcel de la zona romana de Rebibbia, como parte de la de las celebraciones del Viernes Santo, la Pasión del Señor y el Vía Crucis.

"El peso de la cruz nos libra de todos nuestros fardos. Nosotros recordamos nuestra rebelión y desobediencia. En tu rostro, escupido y desfigurado, vemos la brutalidad de nuestros pecados, la crueldad de nuestras acciones. En tu sentirte abandonado, vemos a todos los abandonados de la sociedad", aseguró.

El Papa recordó a los miles de cristianos perseguidos en el mundo, sólo por profesar su creencia. "Todavía hoy vemos a nuestros hermanos perseguidos, decapitados y crucificados por su fe", remarcó ante miles de fieles en el Coliseo Romano.

Antes del lavado de pies, celebró la misa de In Coena Domini (La Cena del Señor) de Jueves Santo, que rememora la Última Cena y la oración de Cristo en el huerto de Getsemaní, antes del calvario hacia la crucifixión.

Entre las personas que cargaron la Cruz se encontrarán familias y personas procedentes de Irak, Siria, Nigeria, Egipto y China.

Las celebraciones del Pontífice durante la semana santa son siete: las dos de ayer, dos hoy, una mañana y dos el domingo. Mañana no hay celebraciones hasta la noche. A las 20.30 es la vigilia pascual.

El domingo, a las 14.15, tiene lugar la misa. Y al mediodía Jorge Bergoglio impartirá la bendición urbi et orbi desde el balcón central de la basílica, para desear felices pascuas y bendecir a la ciudad y al mundo.

Más temprano, el pontífice argentino, la máxima autoridad de más de 1300 millones de católicos en todo el mundo, encabezó el tradicional oficio de Viernes Santo en al Basílica de San Pedro en el Vaticano, cargada de silencio y gravedad en recuerdo de la pasión de Cristo.

"La Crucifixión de Cristo no es una derrota: la cruz es amor y gracia", escribió el Papa en su cuenta de Twitter.