"Los osos polares tuvieron la culpa", suelen repetir los estudiantes perpetuando una leyenda urbana sobre una pintura del inglés Edwin Landseer, que fue hallada en el barco del explorador británico John Franklin,  perdido en el Ártico hace más de 160 años.

El "cuadro maldito"  está en las paredes de la escuela Royal Holloway, de la Universidad de Londres y nadie quiere tenerlo a la vista cuando tiene lugar un examen. "Si te sientas justo enfrente a ella en un examen, seguro fallas. A no ser que esté cubierta" cuenta la curadora, Laura MacCulloch.

El cuadro con los osos devorando los restos de un barco resulta bastante hipnótico como escalofriante y los rumores de que daba mala suerte comenzaron casi inmediatamente después de que llegara a la colección de la universidad.

En los años 70, el miedo a la maldición llegó a convertirse casi en epidemia. Incluso un estudiante llegó a negarse a sentarse frente a él. Ahora en época de exámenes el cuadro se cubre con una bandera británica.

Maldición... incomprobable.