En la Torre Willis -ubicada en Chicago, EEUU- supera los 400 metros de altura y su principal atracción turística son los balcones de vidrio que permiten admirar la ciudad desde las nubes.

Son completamente transparentes: las paredes y el piso. El miedo surgió, cuando un grupo de hombres se habían sentado dispuestos a posar para la fotografía clásica, a 103 pisos del suelo. De repente, el cristal empezó a crujir y a resquebrajarse.

"Fueron solamente unos segundos pero sentí mucho miedo", admitió uno de ellos. Ahora, el balcón quedó cerrado hasta nuevo aviso.

Según informaron medios locales, Alejandro Garibay escuchó un crujido cuando entraron a uno de los cuatro balcones de vidrio que sobresalen de los lados del rascacielos y vieron que el piso se resquebrajaba.

Los administradores del edificio informaron que estas cajas tienen una plataforma con un vidrio de tres pulgadas y medio de espesor que aguanta hasta cinco toneladas de peso.

"El resquebrajamiento se produjo en la capa de pintura que protege el vidrio de la plataforma, no afectó la estructura y en ningún momento supuso un peligro para los visitantes", aclaró rápidamente Bill Utter, vocero del edificio.