La pregunta apuntaba a decir que las enseñanzas de la pandemia nos iba a hacer mejores personas, pero el filósofo de apellido difícil los bajó al llano al responder que no había un clima de conversión generalizado que nos haya "abuenado"  todos sino que muy por el contrario opinó que el que era choto sigue siendo choto y el que era copado es más copada que nunca.

"Hay mucha gente ayudando en todo el país pero es la misma gente que lo venía haciendo antes".