Un festejo bien futbolero tuvo el equipo de científicos que estuvieron en la Guayana francesa para el despegue del Arsat-1. Emocionados y entusiasmados, aplaudieron, se abrazaron y hasta corearon el himno argentino en el lobby del hotel de Kourou.

"Le vamos a dar una alegría a un montón de gente que no entiende de qué se trata. Nosotros los ingenieros no solemos tener esa oportunidad. Siempre le toca a los futbolistas y hoy nos toca a nosotros", afirmó uno de los técnicos del INVAP durante el brindis previo al himno nacional.

El primer satélite geoestacionario argentino fue lanzado al espacio desde la base Kourou, y tras su puesta en órbita ofrecerá servicios de comunicaciones a la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

El proyecto, totalmente nacional, demandó una inversión de 270 millones de dólares y permitió a la Argentina no perder la posición orbital 81, que enfoca desde los Estados Unidos hasta las Islas Malvinas, y a la que también aspiraba el Reino Unido, primero en la lista de espera de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

La construcción del satélite requirió siete años de desarrollo en la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat), responsabilidad de los ministerios de Economía y de Planificación Federal, en cooperación con la compañía estatal INVAP de la ciudad rionegrina de Bariloche.