A tono con las festividades cristianas que corren, en Miramar decidieron hacer un enorme conejo que sirve, al mismo tiempo, como atractivo turístico. Una vez terminado, tendrá algo así como tres toneladas de chocolate.

Pero sin terminar, lo que se espera ocurra el domingo próximo, el conejo pascual parece imitar, más bien, algún tipo de estructura o tótem fálico de tiempos inmemoriales. Y parece tener cierta lógica: el año pasado hicieron el huevo...