El intento de suicidio de Maximiliano Guidici destapó una olla y dejó en claro que no fue un caso aislado.

La primera en mostrar las huellas psicológicas que le dejó la abrupta fama fue Coti Romero quien confesó que llegó a cortarse los brazos por la depresión, después fue Tomás Holder el que sufrió ataques de pánico en pleno vivo del Bailando y ahora Maxi, quien luego de una ruptura amorosa intentó quitarse la vida.

Evidentemente el experimento psicológico que supone el Gran Hermano no es inocuo para sus participantes que pasan de ser desconocidos a semi famosos en cuestión de días y sin mérito alguno. 

Obviamente el caso es para el análisis de los especialistas y no de un panel de un programa de chimentos en la televisión ya que la salud mental y sus consecuencias deben quedar exclusivamente en manos de quienes saben del tema.