La directora del Cedep presentó su nueva edición -la tercera- en formato libro, actualizada y aumentada, sobre su investigación sobre la AUH: a seis años de su puesta en vigencia "dignificó a los hogares más pobres del país", según la investigadora.

Mazzola explicó que "en Argentina se han medido impactos diferentes, siempre en favor de los niños y las mujeres", mientras la comparó con políticas similares en otros países como Brasil, Chile o México, donde "los montos son muy bajos".

"La Asignación Universal por Hijo mejoró mucho la capacidad de consumo no sólo de alimentos, sino también de productos para los hogares, como champú, dentífrico, artículos para equipar cocinas como ollas, platos, cubiertos. Pero también para consumir alimentos de mejor calidad", remarcó Mazzola.

Esta política redistributiva institucionalizada recientemente por ley, y que se actualiza dos veces al año, como las jubilaciones, representa 24,6% de la totalidad de ingresos de los hogares receptores, cifra que se eleva a 36% en el caso de los más pobres, de acuerdo con un análisis realizado por el economista Bernardo Kliksberg.

Si se analiza el acceso a los alimentos básicos, la AUH generó un crecimiento en su consumo de 8,4%, lo cual demuestra que su actualización anual le ganó aun a los índices de inflación más altos, registrados por el Indec.

"La regularidad del ingreso y su actualización, la transparencia en el acceso y sin intermediarios, posibilitaron planificar consumos como la adquisición en cuotas de heladeras, zapatillas, materiales de construcción, que dan estabilidad en las economías familiares e incidieron en la valoración de la AUH como derecho y no como un plan de asistencia", concluyó Mazzola.