La semana pasada, la jueza uruguaya Marcela López, que lleva adelante la investigación de la muerte de la adolescente Lola Chomnalez, recibió el informe forense del médico legista Guido Berro, del cual se desprende que, por la forma en que la mataron, la chica argentina no habría sido víctima de un hombre fornido.

Así lo plantea el diario montevideano El Observador, que habla de un giro de 180 grados en la investigación: si la magistrada había indagado a hombres de entre 40 y 50 años, ahora apuntaría a uno o varios adolescentes o a un mujer para hallar al culpable.

De hecho, las pesquisas apuntan ahora el entorno de Lola: esto es, la familia dueña de la casa donde se alojaba, propiedad de su madrina y el esposo. Se trata del hijastro de la madrina y de un amigo, ambos adolescentes que estuvieron con la víctima durante las últimas horas de vida y a quienes se busca extraer muestras de ADN para compararlo con el hallado en la mochila de Lola.

Según la nueva hipótesis que surge del informe forense, a Lola la sofocaron contra la arena una persona con poca fuerza, que no quiso necesariamente darle muerte, y que puede ser una mujer y/o uno o varios adolescentes.

“Por la forma en la que fue asesinada, no se puede afirmar si los atacantes fueron uno o dos”, dijo Berro, sosteniendo que "el homicida o los homicidas de Lola no intentaban necesariamente darle muerte”, descartando al mismo tiempo el móvil sexual del ataque.

Como se sabe, los investigadores policiales encontraron el cuerpo de la chica el 30 de diciembre, mientras que su mochila que fue hallada enterrada el 14 de enero en lugar cercado donde se encontró el cadáver, con restos de sangre cuyo ADN fue comparado con el de 13 indagados, sin hallar coincidencias.