José Luis Flores es un venezolano que vive desde hace cinco años con su esposa y sus dos hijos en Córdoba. 

"Fueron cinco días de terror", explicó en el programa local Buen Lunes. Mientras esperaba los resultados por los estudios que le habían realizado para saber si estaba infectado luego de haber asistido a un hospital con vómitos con sangre compatibles con coronavirus. Pero el médico le dijo que no tenía COVID-19 y le diagnosticó una úlcera. Pero para que se quedara tranquilo también le hizo el hisopado para descartar el Covid-19.

Allí empezó el calvario. Comenzó a recibir audios de WhatsApp de sus vecinos pidiendo que lo arrestaran, que se fuera de lugar y luego pasaron a las amenazas de prenderle fuego su casa mientras estuviera durmiendo.

"Le teníamos miedo a la enfermedad, y a los vecinos", contó a medios locales, y explicó que habían ideado "un plan de escape" de su casa. "No dormíamos pensando que iban a venir los vecinos con naftas".