Se trata de un brasileño de 48 años cuyo objetivo es convertir su cuerpo para parecerse lo más posible al famoso personaje de comics, el Increíble Hulk. Los músculos en los brazos del hombre que vive en San Pablo miden casi 60 centímetros, pero quiere que continúen agrandándose y quebrar la marca del egipcio Moustafa Ismail: 78 centímetros.

Sin embargo, el método para competir por tal honor parece ser un tanto tramposo. Secato se inyecta periódicamente un aceite conocido como Synthol, que podría resultar mortal y que, según le advirtieron los médicos, incluso podría derivar en la amputación de sus miembros superiores.

Según relató en el canal BarecroftTV, sus bíceps se duplicaron desde que comenzó a utilizar la sustancia, cinco años atrás. Su vida le puso pruebas difíciles y le significaron un claro trauma con la fuerza física. Después del suicidio de su hermano y la enfermedad letal que atacó a su madre, se volvió adicto a las drogas, flaco, descarnado y perdió tanto peso que se ganó el sobrenombre ‘perro flaco ‘.

"Me involucré con las drogas y empecé a perder peso debido a que no comía y a llevar una vida equivocada", cuenta en el programa.

En la calle es el centro de las miradas y las disfruta, tanto las que lo animan como los que lo insultan: "Ellos me llaman Hulk, Schwarzenegger o He-Man, y me gusta. He doblado el tamaño de mi bíceps, pero quiero aumentarlo aún más", reconoce.