La muerte de Lucas Liberatore cambia las reglas del juego. Ya no es una sino dos las muertes que dejó esta fiesta electrónica que se llevó a cabo en la localidad santafesina de Arroyo Seco.

En la mañana de este martes se dio a conocer sobre la segunda víctima, a quien se cree también lo mató la ingesta de drogas sintéticas, más precisamente, de éxtasis.

Pero, a diferencia de la joven, Lucas no se descompensó en la fiesta, sino que logró llegar a su casa en San Nicolás. Su familia lo encontró muerto el lunes por la noche.

La fiesta se desarrolló en el boliche Punta Stage de esa ciudad, donde se presentó el DJ británico Sasha y donde concurrió gran cantidad de gente.

La investigación está a cargo del fiscal de San Nicolás, Patricio Mujica, y se conocieron en las últimas horas detalles del cuadro que presentó esta segunda víctima fatal.

"Hemorragia digestiva alta y probable intoxicación aguda por consumo de estupefaciente", fue el diagnóstico de los médicos, quienes indicaron que le realizaron medidas de reanimación, hasta transfusión de hemoderivados, pero fueron inútiles.

José Murina, uno de los médicos contratados para la fiesta, dijo que "estaba descompuesta, presentaba un cuadro de excitación psicomotriz, fue muy difícil oxigenarla, ubicar la vía para hidratarla". Luego, concluyó: "El novio no dijo nada, trataba de calmarla; ella pegaba patadas, manotazos. Cuando llegamos al hospital hizo un cuadro depresivo neurológico, con buena ventilación y función cardiológica".