Dentro de las opciones que ofrece la AFIP para ser monotributista, hay una denominada monotributo social. Esta es diferente al monotributo común, ya que posee beneficios adicionales para sus usuarios registrados.

Es ideal para quienes buscan dar inicio a una actividad económica estando al día con la Administración Federal de Ingresos Públicos.

Cómo es el monotributo social y qué diferencia tiene con el común

Monotribto Social
Monotribto Social

Una de las diferencias más notorias entre el régimen de monotributo convencional y el monotributo social se encuentra en los subsidios proporcionados. 

Mientras que en el monotributo convencional no hay subsidios, en el monotributo social se cubre el 100% del componente impositivo y previsional, así como el 50% de la obra social. 

Por consiguiente, un monotributista social solo abona la mitad restante del costo de la obra social. Además, el monotributo social es compatible con otros programas, tales como:

  • Asignación Universal por Hijo.
  • Asignación por Embarazo.
  • Jubilaciones y pensiones que no excedan el haber mínimo.
  • Programas de inclusión social del Ministerio de Desarrollo Social.

Quiénes pueden inscribirse en el monotributista social

Pueden inscribirse en el este tipo de monotributo quienes:

  • Realicen una única actividad económica independiente.
  • Trabajen en relación de dependencia percibiendo un salario bruto inferior al haber previsional mínimo.
  • Formen parte de una cooperativa de trabajo con un mínimo de 6 asociados.

Cuáles son los requisitos para el monotributo social

Además de los requisitos estándar, como ser mayor de 18 años y ejercer una sola actividad económica, el monotributo social también exige que los solicitantes cumplan con ciertas condiciones adicionales. Estas son:

  • No ser empleador ni titular de acciones o cuotas partes de sociedades comerciales.
  • Contar con ingresos provenientes únicamente de la actividad económica declarada.