Sucedió en Colorado Springs cuando Lucas Hinch perdió la paciencia, desenfundó un arma y le pegó ocho tiros a su computadora.

Después de numerosos arreglos fallidos Hinch decidió que era hora de "terminar con ella". Sacó la computadora de su negocio, la llevó a un callejón y la ultimó.

Los ocho tiros alertaron a vecinos que llamaron a la policía que detuvo a Hinch por disparar en un área urbana.