Las declaraciones las realizó el Papa a los periodistas que lo acompañaban en el avión que lo llevaba de Tierra Santa de vuelta a Roma, donde señaló que "el celibato no es un dogma de fe, es una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia".

Las palabras de Bergoglio se conocen luego de que un grupo de 26 mujeres le escribiera una carta para solicitarle una revisión de la disciplina del celibato, ya que vivieron o viven una relación sentimental con un sacerdote y querrían hacerlo sin ocultarse.

El pontífice se refirió a los casos de abuso sexual que afectan a la Iglesia Católica, indicando que habrá "tolerancia cero" con los procesados, aunque dijo que solamente hay tres casos en juicio.

El Papa también habló de la posibilidad de dar un paso al costado cuando sus fuerzas no le permitieren realizar la tarea que le fue encomendada. Con su retiro, Benedicto XVI "abrió una puerta, la puerta de los papas eméritos", dijo Francisco.

En ese sentido, se preguntó: "¿Habrá más (renuncias papales)? Sólo Dios sabe si habrá otros, pero la puerta está abierta", afirmó, añadiendo que "haré lo que el Señor me diga, rezar y tratar de encontrar la voluntad de Dios. Pero creo que Benedicto XVI no fue un caso único".