El Estadio Nacional de Chile fue inaugurado en 1938, y desde entonces la selección chilena de fútbol lo utiliza como local. En él se disputó el partido final entre Brasil y la entonces Checoslovaquia, con el triunfo por 3 a 1 del combinado sudamericano.

También en el estadio ubicado en Santiago se disputaron numerosos partidos de varias ediciones de la Copa América, cuya nueva edición, la séptima en territorio trasandino, se llevará a cabo entre el 11 de junio próximo y el 4 de julio.

Pero el Estadio Nacional no es solamente un símbolo del fútbol. La dictadura pinochetista que el 11 de septiembre de 1973 derrocó a Salvador Allende lo convirtió en el mayor centro de detención, tortura y asesinato de opositores que haya visto el mundo.

Por allí pasaron en calidad de detenidos más de 40 mil personas. Según testimonios de sobrevivientes, se cometieron torturas, simulacros de fusilamiento y asesinatos contra personas detenidas ilegalmente.

Por esa razón, bajo una de las tribunas del estadio funciona un centro de la memoria en el que, a pesar de las remodelaciones realizadas, se mantuvieron intactos los espacios que fueron utilizados para la reclusión de detenidos políticos.

Entre otros recuerdos de los tiempos más oscuros que vivió Chile, en el lugar hay una selección de fotos de presos reconocidos que pasaron por el Estadio: la del músico Víctor Jara, por ejemplo, y la del periodista norteamericano Charles Horman, cuya  historia es conocida por la película ‘Missing’, de Costa Gavras.

También la de Olga Garrido, madre de Carlos Caszely, exjugador de la selección chilena que desafió públicamente a Pinochet con su pública simpatía por Allende y sus banderas. Por esa razón, Olga fue detenida y torturada en el Estadio.