La escena es dantesca, según las descripciones de las fuentes que vieron las imágenes aún no difundidas de las cámaras de seguridad. Claro que lo dramático de la acción refleja que las fuerzas operan con un grado de violencia y desprecio por la vida, inauditos.

"La Peugeot Partner de Cristofer Rego se estrelló contra dos autos estacionados en la esquina de Ancaste y Monteagudo, en Parque Patricios. Lo encontraron unos minutos después policías de la Ciudad. La camioneta tenía dos disparos, en el lateral derecho y en la parte trasera. Cristofer tenía 26 años y murió en la ambulancia camino al hospital. En las cámaras de seguridad de la zona quedó registrada la escena anterior: después del choque un grupo de prefectos frenó junto al auto, juntó las vainas que habían quedado sobre el asfalto y escapó", describe la crónica de Cosecha Roja, apuntada en la investigación del fiscal Daniel Pavlovsky resguardada por el secreto de sumario.

Rego había sido padre recién hace 40 días, se enmarca en  un caso ejemplar de exceso de violencia por parte de las fuerzas de seguridad. "Esto es un caso de gatillo fácil, no hay otra", dijo el papá Jorge Rego (60) en declaraciones a Clarín, sobre el joven que había cumplido 26 años tres días antes de morir baleado por Prefectura sin mayores motivos que intentar eludir un control de tránsito en las calles Ancaste y Monteagudo, de la Capital Federal.

"Él estaba en su casa con un amigo, Martín. Este chico le dijo a mi hijo 'Bochita, ¿Me llevás a casa? y mi hijo accedió. Él había comprado una camioneta (Peugeot Partner) hacía diez días. Se la había comprado a un amigo. Cuando se iba de la casa de Martín, parece que lo pararon en un control de la Prefectura. Él se dio cuenta de que se había olvidado los papeles de la camioneta en lo del chico que se la vendió, se ve que se asustó y no se detuvo en ese control. Ahí, sin mediar más palabras, estos tipos empezaron a disparar y me lo mataron", reveló el papá de Cristopher en declaraciones reproducidas por Infobae.

El joven murió a causa de un disparo que entró por su espalda, a la altura del pecho, y otro proyectil que ingresó por la nuca y salió por su garganta, según trascendió: "Mi consuegro dice que hubo ocho tiros al menos. El que disparó fue un prefecto, pero los otros siete ayudaron a intentar limpiar la escena del crimen y llevarse las vainas", afirmó Jorge.