Wolff aseguró que hay gente de su espacio que quiere que le vaya mal a la Ciudad de Buenos Aires y ahí fue cuando demostró todo su sentimiento antipatria al asegurar que “hay gente que se pone contenta cuando nos meten 5 millones de personas en el Obelisco”.

Y Wolff no dijo esto al pasar sino que a él parece realmente molestarle el clamor popular. 

La única vez que hubo 5 millones de personas en el Obelisco fue el día que el pueblo estaba esperando el regreso del equipoa argentino campeón del Mundo. Parece que al exdiputado no lo puso contento haber ganado, mucho menos que la gente tuviera algo para festejar.